Termometro para alimentos

La composición de muchos alimentos conlleva que tengan una corta fecha de caducidad. Independientemente de que deban ser procesados y ya lo estén, los alimentos pueden ser rápidamente contaminados por hongos, bacterias y otros microorganismos que bajo determinadas condiciones pueden incluso poner en peligro la salud humana. Su propagación puede limitarse manteniendo determinados valores de temperatura y humedad, mediante el enfriamiento, el calentamiento, el secado, la cocción u otras medidas. Para muchos productos alimenticios existen especificaciones concretas sobre las temperaturas a las que deben almacenarse o procesarse. Dependiendo de si hay que controlar la temperatura ambiente, la temperatura superficial o la del núcleo, se utilizan diferentes tipos de termómetro.

Según el campo de aplicación se utiliza un termómetro diferente para medir y controlar la temperatura ambiente, la temperatura superficial o la del núcleo. En función de la aplicación, se utiliza un termómetro para alimentos con diferentes principios de medición y diferentes equipamientos.

Medición por contacto de la temperatura del núcleo
El termómetro que entra en contacto directo con los alimentos se debe poder limpiar de forma sencilla y segura. Muchos tipos de termómetro para alimentos están equipados con una sonda de acero inoxidable robusta en forma de varilla que penetra con facilidad en los productos a medir. También son aptos para determinar la temperatura del núcleo de un alimento el termómetro de vidrio o uno con una sonda externa adecuada que permiten una limpieza y esterilización correcta, y que además penetran fácilmente (como puede ser en líquidos) .

Medición por infrarrojos de la superficie
Un termómetro para alimentos con sensor infrarrojo es ideal para aquellos casos en que sea suficiente medir la temperatura superficial. Mide de forma inmediata y sólo necesita contacto visual con la superficie a comprobar. El termómetro no está en contacto con el punto de medición y por tanto, no es necesario limpiarlo con frecuencia. Varios tipos de termómetro para alimentos integran una iluminación del punto de medición para indicar la zona de la superficie del objeto medido que detecta el sensor de infrarrojos. Gracias a ello se garantiza que el sensor está midiendo en el punto correcto.

Medición de la temperatura ambiental
Con frecuencia, los alimentos suelen almacenarse durante un largo período de tiempo. Es importante que durante el período de almacenamiento se mantenga cierta temperatura. Por esta razón, los almacenes controlan continuamente la temperatura ambiental. Si se mantienen los valores recomendados para cada alimento se garantiza que el sabor y los nutrientes no se deterioren de manera prematura y que el alimento almacenado se utilice para el fin previsto.

Alarma
Para determinados alimentos y estados de elaboración de los alimentos, existe un riesgo mayor en la proliferación de microorganismos dañinos en temperaturas entre 4 °C y 60 °C. Algunos termómetros disponen de una alarma acústica y/o visual. Estas alarmas nos avisan cuando se superan los valores límite preestablecidos como 4 °C o cuando la temperatura desciende por debajo de 60 °C. Algunos tipos de termómetro para alimentos permiten configurar sus propios límites de alarma.

Registro de datos e interfaz
Muchos productos alimenticios requieren controlar la temperatura durante el proceso de elaboración y almacenamiento. El propósito de este control es evitar posibles daños en los alimentos debido a que no se ha mantenido unas condiciones ambientales previstas durante el período de tiempo necesario. Este tipo de termómetro para alimentos tienen opciones de registrar los valores de medición o una interfaz con la que puede transmitir los valores directamente a otros dispositivos. Durante los procesos de calentamiento, mantenimiento y enfriamiento de la industria alimenticia es necesario controlar la temperatura gran precisión. En caso de que haya alguna desviación la temperatura se ajustará de manera automática a través de unos circuitos de control.

Las empresas de la industria alimenticia tienen la obligación de cumplir las normas de higiene en los procesos de elaboración y en el almacenamiento de los alimentos. Esto implica garantizar mantener las temperaturas indicadas en los alimentos refrigerados o calentados. Es por ello que se suele registrar la temperatura de los alimentos sobre todo durante su transporte en trayectos más largos. Los trabajadores en las fábricas de procesos y los inspectores de higiene utilizan diferentes tipos de termómetros para realizar las mediciones de control. Se espera que tales modelos de termómetro para alimentos midan de forma sencilla y precisa la temperatura superficial o del núcleo de un determinado alimento, o la temperatura ambiental en un almacén o en una sala de procesamiento.

Termómetro para alimentos en el transporte y almacenes
En el caso de determinados alimentos, es importante que se consuman rápidamente o que se enfríen lo suficiente hasta su consumo o posterior elaboración. Especialmente en el caso de los productos refrigerados y congelados, debe garantizarse que se mantenga la temperatura de refrigeración especificada. Por ello, en muchos transportes refrigerados se registra la temperatura usando un registrador de datos durante el transporte.

Si el destinatario de la mercancía es una empresa que la procesa o vende, está obligado a comprobar la temperatura de la mercancía en el momento de la entrega. No sólo hay que evaluar el aspecto, el olor y la consistencia. La temperatura en el momento de la entrega se determinará como temperatura superficial y del núcleo usando un termómetro para alimentos adecuado. Los registradores de datos de temperatura incluidos en la entrega deben ser evaluados inmediatamente. Es necesario que todos los valores estén documentados. En caso que no se mantengan las temperaturas especificadas no será posible utilizar muchos alimentos.

La temperatura durante el almacenamiento de los alimentos suele controlarse mediante termómetros colocados en el almacén o el frigorífico. Muchos de estos termómetros pueden activar una alarma si la temperatura supera o queda por debajo de los valores límite, lo que permite tomar medidas inmediatas en caso de una refrigeración insuficiente. En muchos almacenes se controla no sólo la temperatura sino también la humedad para garantizar las mejores condiciones posibles para los alimentos almacenados. En el caso de los productos almacenados sensibles, también se debe utilizar periódicamente un termómetro para alimentos que permita comprobar las temperaturas reales de los productos en las distintas zonas de almacenamiento.

Termómetro para alimentos en empresas de procesamiento de alimentos
También es importante cumplir los requisitos de higiene para el almacenamiento y la elaboración en las empresas de procesamiento de alimentos. También en este caso, la principal preocupación es garantizar que nadie se vea perjudicado por el consumo de los alimentos que se ofrecen. Por este motivo, existen entre otras cosas normas sobre las temperaturas de almacenamiento, pero también sobre la temperatura y la duración de los tratamientos térmicos para cocinar, para descomponer los ingredientes tóxicos sensibles al calor y para aumentar la fecha de caducidad, como el escaldado, la pasteurización, la esterilización y el secado.

Un termómetro para alimentos adaptado a la aplicación correspondiente no sólo pueden medir la temperatura durante el tratamiento térmico, sino también transmitir los valores medidos al control automático del proceso y almacenarlos para documentar las curvas de temperatura.

Termómetro para alimentos en cáterin
En el ámbito de la restauración, es importante que los alimentos fríos y calientes puedan ofrecerse a los clientes a las temperaturas deseadas durante el periodo de tiempo previsto. Por otro lado, mantener los alimentos sensibles frescos o calientes evita que su aspecto y su sabor se resientan y que los alimentos se estropeen como consecuencia de procesos físicos, químicos o biológicos. Podrá comprobar la temperatura de los alimentos fácilmente y en cualquier momento usando un termómetro para alimentos. Muchos termómetros para alimentos tienen un amplio rango de medición y pueden utilizarse tanto para alimentos fríos como calientes. Cuando las instalaciones de refrigeración y calentamiento de los alimentos no controle automáticamente la temperatura será bueno medir continuamente la temperatura de los alimentos, tanto refrigerados como calentados.

Algunos tipos de termometro para alimentos tienen valores límite fijos y otros son ajustables y avisan inmediatamente mediante alarmas visuales o acústicas cuando los valores de temperatura dejan de estar dentro del rango deseado. Por ejemplo, la comida caliente preparada debe entregarse con una temperatura central de al menos 65º y mantenerla hasta que se sirva a los comensales. En el caso de los alimentos calientes preparados directamente en el punto de servicio, el proceso de cocción también puede controlarse con un termómetro para alimentos. Los alimentos refrigerados, como los postres y las ensaladas, deben tener una temperatura inferior a 7 °C en el momento de la entrega y hasta su consumo.

Para garantizar que un termómetro para alimentos mide de forma precisa es necesario calibrarlo periódicamente. La calibración consiste en comparar las lecturas del termómetro para alimentos con los valores de un patrón, lo que permite determinar la precisión de la medición. Los laboratorios de metrología ofrecen certificados de calibración según las normativas ISO o DAKKS, que es más exigente. Cuando envíe el equipo a calibrar tenga en cuenta que el termómetro para alimentos se calibre en aquellos puntos de referencia que coincidan con el rango de temperatura para el que se utilizará.

El certificado de calibración certifica los valores de medición, la hora, el cliente y las condiciones de la calibración para el dispositivo comprobado. Gracias a ello puede utilizar el certificado para demostrar la precisión con la que el termómetro para alimentos midió en el momento de la calibración.

Se ha establecido el sistema HACCP para garantizar una alta calidad constante de los productos evitando riesgos higiénicos. A los productores de alimentos no les interesa que los alimentos se estropeen o se vendan alimentos que pongan en peligro a los consumidores. El control de la temperatura durante el almacenamiento y la elaboración de los productos con un termómetro para alimentos adecuado desempeña un papel importante en los conceptos de higiene, además de la limpieza.

Un punto que se menciona con frecuencia en el sistema HACCP es el control de la cadena de frío, y otro el control de la temperatura y el tiempo de cocción. También es importante garantizar el nivel de temperatura y su duración de acción mediante mediciones correctas para aumentar el tiempo de caducidad.