El detector de fugas sirve para la localización de fugas, vías de aguas o escapes de gas. Se denominan fugas aquellos agujeros en productos o sistemas técnicos que provocan una entrada o salida no deseada de materia sólida, líquida o gaseosa. Ya que las fugas pueden averiar sistemas técnicos completos, el detector de fugas es el aparato ideal para la pronta identificación de tales defectos y prevenir así daños mayores resultantes de ellos.
La impermeabilidad en el sentido técnico de un sistema se puede definir mediante la llamada cuota de fuga (en mbar x l/s) y el diámetro de la perforación. En caso de diámetros de perforación de 100 µm, un grifo, por ejemplo, empieza a gotear. En caso de diámetros de agujero en el rango nanométrico de dos cifras y cuotas de fuga de 10-7 mbar x l/s, se habla de sistemas estancos de gas (1 cm3 de pérdida de gas en 100 días). Sólo a partir de diámetros de perforación de un nanómetro, un sistema se define como estanco absoluto técnicamente (1 cm3 de pérdida de gas en 300 años).
El detector de fugas puede localizar fugas de diferentes tamaños y características. Se diferencia, por ejemplo, entre fugas de agujero (visibles), fugas moleculares (poros en la red policristalina) o fugas de válvula (fugas con una determinada dirección del flujo).