Independientemente del ámbito de la vida, controlar las condiciones higiénicas es esencial. Sin embargo, en algunas áreas ese control juega un papel muy importante y es por ello que se emplean equipos como el luminómetro. En la industria alimentaria y en las empresas de procesamiento de alimentos, normalmente son las autoridades reguladoras quienes, con la ayuda de un luminometro, realizan la mayoría de los controles. Es de vital importancia que el consumidor final obtenga un producto limpio y seguro, que esté libre de contaminación y sin riesgo de ingerir bacterias no deseadas o que causen una enfermad. Pero también es absolutamente devastador para las empresas de la industria alimentaria si reciben regularmente quejas de parte de clientes sobre la calidad de los productos. Ellas también pueden cotrolar este proceso con un luminómetro. A la larga, esto arruina la reputación de la compañía y conduce a grandes pérdidas.
Además de la inspección visual habitual (que es insuficiente y nada fiable) o de los ensayos microbiológicos (que requieren mucho tiempo), existe un nuevo método para detectar de forma rápida y eficaz el ATP (trifosfato de adenosina). Con el luminómetro puede realizar comprobaciones por este método que permite averiguar rápidamente la suciedad de una superficie, evaluar los riesgos y eliminar el problema existente. Este método saca a la luz lo que hasta el ojo más atento y agudo pasa por alto: bacterias invisibles que pueden tener consecuencias terribles una vez que se han creado y propagado.
El ATP está presente en todos los microorganismos vivos, en todas las células, así como en los alimentos, las bacterias, el moho, etc. Sin embargo, la cantidad de ATP presente en una superficie que entra en contacto con ciertos alimentos es el factor decisivo para determinar cuán sucia está. Es importante controlar este parámetro con el luminometro para saber si se ha alcanzado o superado el valor límite.