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El cloro está disponible en grandes cantidades en la naturaleza, sobre todo en forma de cloruro, como en la sal de cocina, en el agua de mar o en extensos depósitos de sal. Debido a su alta reactividad, el cloro se presenta rara vez en la naturaleza como un gas puro. La temperatura de ebullición es de -34 ºC y la de fusión de -101 ºC. Sin embargo, para fines técnicos, el cloro puro se produce y se licua a presión. Se almacena a 6,7 bares en recipientes a presión o bombonas de gas. Un litro de cloro líquido que sale del recipiente a -34 ºC se convierte en 457 litros de cloro gaseoso a presión normal. Como el cloro es una sustancia peligrosa, es importante controlar con un medidor de cloro las zonas en las que se libera o puede liberarse cloro en cantidades peligrosas. Cuando el cloro se utiliza específicamente en líquidos, a menudo se utiliza también un medidor de cloro para determinar si se mantiene la concentración prevista.
El cloro puro y algunos de los compuestos del cloro son peligrosos. Como gas puro, el cloro 
es de color amarillo-verde y tiene un olor penetrante. Es muy reactivo, soluble en agua y muy agresivo cuando se moja. Adicionalmente a los efectos directos sobre la salud causados por el contacto con el cloro o sus compuestos, existe el riesgo de que sustancias inflamables se enciendan o exploten al reaccionar con el cloro. Incluso los metales pueden formar llamas al reaccionar con el cloro. Además, el cloro es muy corrosivo y puede provocar accidentes al descomponer componentes importantes.
El cloro es irritante, corrosivo y tóxico. Incluso una baja concentración de muchos compuestos formados por reacción con el cloro, como el ácido clorhídrico, los bifenilos policlorados (PCB) y el dióxido de cloro, tienen un efecto perjudicial. Unos pocos mililitros de gas de cloro por metro cúbico de aire respirable irritarán los ojos y las membranas mucosas de la nariz, la boca y la garganta con lagrimeo y tos. A dosis más altas, el cuerpo reacciona con hemoptisis, dificultad para respirar y asfixia. Los tiempos de exposición de varias horas también pueden provocar neumonía y edema pulmonar. El límite de exposición profesional al cloro está fijado en Alemania en 0,5 ml/m³ según el Reglamento Técnico de Sustancias Peligrosas (TRGS 900). Para muchos compuestos de cloro peligrosos, los valores límite respectivos se enumeran por separado.
El cloro se utiliza en muchos ámbitos para limpiar, desinfectar o blanquear debido a su alta eficacia. No sólo es un importante producto químico básico para los detergentes, los productos de limpieza y ciertos tipos de disolventes, sino también para la producción de ciertos plásticos. En las mediciones en soluciones acuosas hay que distinguir si se va a medir el contenido de cloro libre o el cloro total. Para los análisis en los que se deben determinar ambos parámetros, se puede utilizar un medidor de cloro adecuado.
El cloro se añade al agua de baño y al agua potable para eliminar los gérmenes peligrosos. En aguas de piscinas, balnearios y aguas curativas, la concentración de cloro es un parámetro importante para mantener la calidad del agua con el menor uso posible de desinfectantes. El cloro también se utiliza con la mayor moderación posible en el tratamiento del agua potable. En muchas plantas de tratamiento de agua sólo se utiliza cuando se superan determinadas concentraciones de gérmenes. Un medidor de cloro se utiliza para controlar que se añade la cantidad suficiente para la desinfección, y a la vez que no se superan los valores límite especificados para el contenido de cloro. Utilizar el cloro con la mayor moderación posible no sólo reduce los peligros de la ingestión de cloro, sino que también garantiza que el olor y el sabor del agua potable no se vean afectados por el cloro. Las empresas comerciales e industriales que utilizan cloro en los líquidos también utilizan un medidor de cloro para controlar la concentración.
Algunos medidores de cloro también pueden medir otros parámetros, como el valor del pH. La mayoría de los dispositivos de medición móviles son fáciles de usar, lo que permite que incluso personal sin formación obtenga resultados de medición significativos en poco tiempo. Gracias a los valores numéricos que aparecen en la pantalla y a su fácil manejo, un medidor de cloro es una excelente alternativa a las habituales pruebas de gotas. Otra ventaja sobre la determinación de la concentración con pruebas de gotas o tiras reactivas es la alta calidad de la medición. Además, algunos dispositivos almacenan los valores de medición, lo que facilita la documentación de los resultados de las mediciones.
Casi todo el mundo conoce el típico olor a cloro de la piscina. Sin embargo, este olor ya se produce en concentraciones inofensivas y no siempre se percibe como una señal de alarma. 
Con un medidor de cloro adecuado se pueden detectar a tiempo los valores inusualmente altos, protegiendo así a las personas y los bienes de los daños. La medición del cloro en el aire puede realizarse con dispositivos móviles o fijos. Algunas empresas y piscinas con un alto potencial de riesgo están equipadas con un medidor de gas para cloro de instalación fija que controla permanentemente la concentración y alerta automáticamente a los bomberos a través de un sistema de alarma en caso de que los valores sean dañinos. Esto garantiza, al igual que los sistemas de alarma contra incendios con conexión automática a los bomberos, que las fuerzas de rescate acudan rápidamente al lugar.
Cuando se añade de forma automática cloro gaseoso en determinados sistemas, la adición de cloro también puede reducirse o detenerse automáticamente mediante un medidor de cloro con salida de control o conmutación cuando se alcanzan los valores límite establecidos. Sin embargo, un medidor de gas de cloro de instalación fija también puede utilizarse para supervisar tanques, salas de almacenamiento y áreas de producción en las que el gas de cloro se dosifica mediante un ajuste manual. Estos dispositivos fijos suelen disponer de alarmas acústicas y ópticas que avisan incluso en salas situadas fuera de la zona de peligro real. Las personas desprotegidas y en riesgo pueden abandonar la zona a tiempo si la alarma suena a tiempo. Los trabajadores y los equipos de rescate que estén trabajando en una zona de peligro deben ser conscientes que, mientras una alarma esté activa, deben llevar un equipo de protección adecuado.
Con frecuencia, los dispositivos móviles se utilizan para proteger a las personas que necesitan estar en zonas que no están vigiladas por dispositivos fijos. Los medidores de gas para cloro móviles que se llevan sujeto al cuerpo suelen alerta también por vibraciones. Esto permite al usuario concentrarse plenamente en su actividad. Así, aunque el usuario tal vez no perciba una alarma visual o acústica, si será alertado por las vibraciones que generará el medidor de cloro en caso de alarma.
